- Bien, supongo que quizás he levantado algunos muros bastante sólidos a lo largo de los años- respondí pensativa.
[...]
- Y me gustan mis muros- insistí-. Me han protegido. También han impedido que me hicieran daño.
- Y también han mantenido muchos miedos encerrados dentro- añadió -. Es por eso por lo que son tan peligrosos. Te impiden ver lo que es real.
- Vale- admití-, pero ¿qué es todo eso de traspasarlos?¿Estás diciendo que tengo que derrumbar esos muros a los que tantos años he dedicado, hasta construirlos a la perfección?
- No-dijo-. Eso sería demasiado trabajoso. Es más sencillo saltar por encima de ellos. Ya sabes, funcionar a pesar de ellos. Es simple: ignóralos. No es tan duro como piensas. La parte difícil es aprender a no construir más. Concéntrate en superarlos por muy aterrador que a veces te re resulte.
Estaba confundida. No tenía ni idea de por dónde empezar. Mis muros me habían servido de mucho y no estaba segura de querer desprenderme de ellos.
- Sé que no es fácil - susurró - pero es la única posibilidad que tienes si quieres que tu vida cobre algún sentido.
Dios vuelve en una Harley
Joan Brandy
2 comentarios:
Tendré en cuenta lo leído!!
Muackkkk
ummm me gusta si señor!!! y que razon tiene...
bsitos lucecilla
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