No me acuerdo en que momento te cubrió el olvido. A veces me gusta pensar que es así, pero otras la realidad me hace despertar, pero...¿donde se separan los sueños de la realidad?
Y llegaste como un relampago y me llenaste de tu veneno hasta en lo más profundo y ahora... cada recoveco está contaminado de ti y el olvido no quiere tapiarte para siempre.
Y tu sonrisa me mata, me desordena por dentro y me confunde y luego no hay quien encuentre la salida a este oscuro laberinto que surco cada día.
Quiero que la brujula vuelva a marcar el norte, pero no puedo.
Me robaste el corazón, ¿y para qué? sino lo quieres.
A veces me parece que nada tiene una razón, que juegas a hacerme sufrir porque si.
Y dejame marchar sino te importo.
Un café en la vuelta de la esquina, un adios y hasta siempre y de vuelta mi corazón que ya lo echo de menos.
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